No creo en espejismos que no pueda morder
y me dejen con hambre.
Si algo le da rabia a una mujer es el quedarse a medias.
A mí no me interesan las mitades de nada.
No comparto los polos de limón
ni las medias naranjas.
No soporto otra lengua en mis merengues
ni el invitar a medias a un tercero
que termine bebiéndose el gin tonic de ambos.
Soy poco resignada al sinvivir
con el miedo a morir, muriendo a medias.
Ya sabes, lo de siempre,
vivir a medio gas,
escribir medias tintas,
follar a media luz
o estar medio tocada del ala intrascendente
en vez de loca entera y trascendida.
Rezar mediocridades
esperando portentos milagrosos.
Partirse en dos o en tres, como se parte un pan
según los comensales.
Ser medio pensionista en cada tiempo muerto
y esconderse, cobarde, en las medias verdades.
No creo en espejismos, ya te digo,
y si he de ser sincera,
me llena tanto tu poder lumínico
que tendré que pensar en contar calorías.
"Todo lo bueno engorda o es pecado."
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